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miércoles, 1 de octubre de 2008

NO SE PUEDE AVANZAR MIRANDO ATRÁS

"Hermano, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado, lo que si hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante" (Filipenses 3:13,14)

Cuando el apóstol Pablo escribe a los filipenses para alentarlos, estaba preso en Roma. Seguramente que estando encarcelado, Pablo habrá tenido tiempo para pensar en los malos recuerdos y las circunstancias adversas por las que estaba atravesando: castigos injustos, persecusiones, difamación. A pesar de eso, Pablo muestra que su espíritu está liberado y avanza, no se queda lamentando lo que le está pasando.
Una de las causas por las cuales no avanzamos es porque estamos atados al pasado y a los malos recuerdos, nuestro pasado personal y también institucional a veces nos llena de resentimiento, es una carga pesada de fracasos, complejos de culpabilidad, deseos de venganza que nos impide mirar lo importante: la meta.
Despojémosnos de la carga del pasado y solo miremos hacia atrás para recordar con gratitud todos los beneficios que Dios nos dio y esforzémosnos por alcanzar lo que está adelante: un futuro personal venturoso, lleno de bendiciones y un futuro institucional diferente, buscando el reconocimiento de la sociedad por el esfuerzo diario y brindar excelencia en el servicio que prestamos.
Pongamos los ojos adelante, la meta es Jesús y sus bendiciones.